Los materiales vítreos forman un grupo familiar de cerámicas. La nobleza del vidrio reside en un conjunto de cualidades que son la transparencia óptica, la resistencia, el aislamiento y la facilidad con que puede fabricarse. La definición adoptada por la ASTM considera que un vidrio es un producto inorgánico fundido que se ha enfriado hasta un estado rígido sin experimentar cristalización. Si únicamente se consideran sus principales propiedades técnicas, el vidrio común puede definirse como un producto inorgánico amorfo, constituido predominantemente por sílice (Un vidrio típico de cal y sosa está formado por aproximadamente 70% en peso de SiO2, el resto es principalmente Na2O y CaO), duro, frágil y transparente, de elevada resistencia química y deformable a alta temperatura. Morey propone la siguiente definición: un vidrio es una sustancia inorgánica en una condición análoga a la de su estado líquido y continua con éste, que, como consecuencia de un cambio reversible en su viscosidad durante el enfriamiento, ha alcanzado un grado de viscosidad tan elevado como para poder considerarse rígida a efectos prácticos.
Los materiales en el estado sólido se clasifican en cristalinos, no cristalinos o amorfos y semicristalinos. En los cristalinos, los átomos adoptan disposiciones ordenadas y repetitivas formando estructuras tridimensionales periódicas, un ejemplo clásico son los metales y sus aleaciones. En los amorfos no existe ordenamiento periódico. El vidrio y algunos materiales plásticos como el poliestireno son ejemplos comunes. Una particularidad de los vidrios es su comportamiento frente a la solidificación, la cual es diferente a la de un material cristalino, como puede verse en la figura 1, en la que se representa el volumen especifico (inverso de la densidad) frente a la temperatura para ambos tipos de materiales. Así, los vidrios carecen de un verdadero punto de fusión o temperatura de liquidus, que sólo presentan los sólidos cristalinos y que es la temperatura a la cual la fase cristalina coexiste en equilibrio con la fase fundida. Los cuerpos vítreos pasan de un modo reversible de su forma fundida en estado líquido al estado rígido o congelado sin la aparición de ninguna nueva fase en el sistema. El paso de una forma a otra transcurre, por lo tanto, sin variar el número de grados de libertad del sistema, a diferencia de la transición líquido-sólido caracterizado por la aparición de una nueva fase y la disminución consiguiente en uno de sus grados de libertad.